lunes, 20 de mayo de 2013

Teoría sobre los unicornios muertos.

Se sabe que los unicornios se ahogaron en el diluvio. Antes de la lluvia, ese castigo divino, los unicornios formaban parte de la fauna, y eran aquellos animales que se rendían ante las mujeres vírgenes que paseaban por las praderas verdes. Se doblegaban ante la pureza de las mujercitas puras. Entonces Dios mandó a Noe crear la barca para el diluvio, y este metió a una pareja de cada especie, pero excluyó a los unicornios, y como dentro del arca todas las mujeres de la familia de Noe no eran doncellas, aquellos animales no tuvieron ningún interés por formar parte de aquella tripulación. Entonces vino implacable el diluvio. Y los unicornios se ahogaron entre tanta agua. Uno creería que en la actualidad no existen estás especies de un sólo cuerno. Pero en los mares del Ártico se encuentra nadando una especie de cetáceo. Uno con un sólo cuerno. El narval. Ese animal marino con su tremendo cuerno no es más que la evolución, a través de los años, de alguno de los unicornios sobrevivientes del diluvio. Se adaptaron al agua, y con el paso del tiempo dejaron su forma de caballo y optaron por una adecuada a sus vecinos de las aguas frías. A pesar de que su llamado cuerno no es más un colmillo de gran proporción, la imagen es la imagen, y el recuerdo es el recuerdo. Verlos es pensar en aquellos unicornios abandonados en la mar. La única manera de comprar que aquellos cetáceos son los posibles descendientes de los unicornios sería llevar a una virgen al Ártico y esperar a que el animal acuático se doblegue ante su pureza.

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