domingo, 17 de febrero de 2013

Muerte y soledad.

Creo que es tiempo de encerrarse en la tumba de la soledad y esperar. Esperar. Esperar. Y tal vez cuando me digne a salir lo haga acompañado de algo. Quiero dejar intacto todo lo del exterior. Quiero dejarlo así como está, y sin que lo mueva acostarme en mi tumba. Porque sé que cuando salga, los fantasmas y el viento lo habrán desacomodado todo y yo tendré que recoger y limpiar, y tal vez buscar un nuevo orden. Pero eso es hasta que salga de mi encierro por elección, hasta que me sienta preparado. Es tiempo de ser el hombre solitario que siempre he sido. Es tiempo de morir momentáneamente en mi tumba. Allí, dónde pensaré y viviré otras vidas en sueños, y luego, más tarde, me levantaré en el día de los muertos para mi futura resurrección. 

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