miércoles, 13 de febrero de 2013

La muerte de Mariano.


Ni Buñuel ni Fellini me quisieron filmar, ni Melquiades ni Cide Hamete Benceli me quisieron escribir. No sé quien es mi Dios, es un anónimo que prepara mi muerte, la más grande del mundo. No es ni francés ni italiano, ni siquiera un español mexicano, es un idioma aún no inventado. Tampoco es un país, porque mi país es mi madre. Me gustan todas las derivaciones de la palabra muerte, muertos, morir, muertes, muerto: Mi muerte. 

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