lunes, 26 de noviembre de 2012

Un hombre menos

Está semana un hombre se suicidó por mi casa. Era un vecino que vivía a dos casas de mi casa. Era un hombre solo, abandonado en el alcohol y por su familia, cosa que se me hace como la causa de su trágico desenlace. Y lo escribo porque este incidente comprueba el hecho de que, tal vez los problemas acaben para esa persona, pero los problemas no mueren, se quedan con los vivos. Esa persona muere y se pierde en la nada, pero los de este mundo se quedan para morir en vida. Y es que aquel hombre vivía en el fondo de su casa porque la parte de adelante la rentaba a otro señor, igual de solo y alcohólico. Lo encontraron a las cuatro de la tarde. La vecina que vivía en frente, llegó a mi casa unos días después ha platicar con mi mama, y nos contó que siempre andaba pendiente de ese señor, pero que ese día se levantó a las 7.15, para atender a su marido, y es que usualmente se despierta a las 10 para las 6, luego se fue a hacer sus cosas y no regresó hasta la tarde. "para que veas como es diablo el diablo"; y el hombre que rentaba en esa casa, pues trabajaba. Aquel hombre solo sólo tuvo que hacerlo, nadie le molestaba. Y su inquilino ya se está mudando porque dice que no soporta estar allí, no por el miedo, sino por la tristeza, dice que un día antes le prestó una pluma a el muerto, y con esa pluma escribió su carta, y por una parte está bien que se vaya el don, porque no vaya siendo que por estas solo igual se lo arrastre el mal aire. Por otro lado está la familia, la esposa, una señora gorda y blanca, que lo dejó por borracho, y sus hijas, que vienen a llorarlo cuando ni en cuenta lo tenían en vida. Sólo una hija, creo, fue la que lo atendía en vivo. Era un hombre tan desecho y maltrecho, que daba pena verlo andar por las calles. El inquilino llegó a las cuatro de la tarde de su trabajo, y dijo que vio un recibo de luz, y que fue a entregárselo, cuando vio la puerta entreabierta y creyó que nomás se hacía el que no quería hacerle caso, "cabrón, no te voy a robar, ya te vi, ¿que haces?" le decía y cuando entró lo encontró, todo quebrado, y muerto, y tan sin vida, que corrió con la vecina de enfrente, y está llamó a la ambulancia, pero creyendo que podía salvarlo entró y lo vio también. Dice que la imagen se le quedó y no la puede dejar de pensar, que lo encontró sentadito y roto y con la cara mala. La esposa luego ya no quiso hacer el rosario en la casa, y la vecina que vivía enfrente del señor anda molesta con esa señora, pero pues son problemas de familia y que más se le va a hacer, y el inquilino ya hizo sus maletas, y se fue a buscar otro cuarto, y así es cómo queda la casa esa solitaria, además de que esta hecha un desastre, la pintura inflada, y el porche sin techo. Sólo queda esperar que la casa no se mine del olor a muerte por siempre, y esperemos que el muertito se haya ido a donde se tenga que ir, sino aquí lo tendremos rondando tan cerca de la calle. 

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