martes, 4 de junio de 2013

Resumen total

1. Tengo ganas de mostrarte ese documento de Word que tengo en una carpeta con el nombre de Novelas Cortas. Sólo son 6,578 palabras según el contador, de las cuales tres son una dedicatoria. La dedicatoria se compone de «A» y tu nombre. Tu primer nombre y tu primer apellido. Siempre he creído que tienes un apellido perfecto. El resto de las 6, 575 palabras, un cinco por ciento son citas, y lo demás es una narración en primera persona (a veces en segunda) donde aparece lo poco que he vivido contigo y lo mucho que he soñado e imaginado de nosotros. Técnicamente es una mentira, a excepción de una escena, de tus descripciones físicas, y de las conversaciones. Pero no es del todo falso, porque de verdad lo sentí. 
2. No sé que tan ético o moral sea escribir sobre la única vez que tuvimos sexo, sobre como me gustaría torturarte en un dado caso; copiar y pegar conversaciones viejas; y escribir de ti como si fueras un personaje bajo mi autoridad literaria. 
3. No creo que nunca se publique. Es un texto muy pasional, por tanto dramático, cursi y tonto.  Mi plan es terminarlo, editarlo, maquetarlo, imprimirlo y mandarlo a otro continente. Fuera de Cozumel. Tengo pensado al destinatario perfecto, y no eres tú, a pesar de que es justamente para ti.
4. Aún no está completo. Empezó como un simple deshago, como todo lo que escribo, pero he decido darle una forma coherente en forma de una obra de ficción, de lo que quiero que pase.
7. Espero los resultados del examen de la universidad. Temo no pasar y usar eso de excusa para seguir en la misma isla que tú. Además de que estaría desviando la realidad de historia falsa, y quiero que coincidan lo más posible. Desgraciadamente te he transferido el poder de pedirme que me quede porque irremediablemente te diré que sí.
8. Tengo miedo de que te dé asco. De que me veas desesperado, patético y ligeramente psicópata. 
9. Lo peor es que no tengo con quien platicar de ti. Bueno, existe alguien, pero ese alguien también habla contigo y no confío más que parcialmente. Además mis confesores han disminuido a cero: no sacerdotes, no psicólogos, no mejor amigo.
10. No sé, te quiero.


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